Aún recuerdo cuando me regalaron mi primera pulsera de actividad. Hoy en día, vemos cada vez a más personas con una de estas pulseras que miden pasos diarios, consumo calórico, calidad del sueño, kms recorridos, etc. Sin embargo, estos dispositivos podrían no ser tan certeros como parecen. Pero ¿por qué no son fiables? Me resulta curioso algunas personas que asisten a consulta comentando la cantidad de calorías que queman al día según su pulsera, y no entienden por qué no pierden grasa. Estos dispositivos basan sus cálculos de gasto calórico en base al sexo, edad, estatura y peso de la persona. Pero no tienen en cuenta su composición corporal (grasa, masa muscular), su forma física (tipo de entrenamiento), su historial dietético, etc.
Ya sabemos que 2 personas pueden pesar y medir lo mismo, pero no tener la misma composición corporal, tener metabolismos distintos, genética distinta, etc. Todo es mucho más complejo. Existen muchas fórmulas estudiadas que usamos los dietistas en consulta para calcular el gasto energético de la persona, y luego está el estudio previo para conocer el pasado dietético, los cambios corporales a lo largo de su vida, sus entrenamientos, su día a día, etc., que nos hacen aproximarnos aún más a ese gasto real. Si vas al gimnasio o haces ejercicio y crees que has gastado 400kcal, te sientes como que tienes 400kcal con las que jugar ese día y te das más “libertad” a la hora de permitirte un capricho y precisamente ese “capricho” no será algo saludable. Esto es un error si basamos nuestra dieta en las calorías que marca una pulsera. Al igual que 10.000 pasos pueden equivaler a 400 o 800kcal dependiendo de la persona.
Con lo cual, estas pulseras no sirven para controlar el gasto calórico de manera fiable. Pero tienen algo bueno, promueven la actividad física entre las personas, motivan a alcanzar un mínimo de pasos diarios, y todo influye a la hora de aumentar el NEAT, factor importante para la salud y pérdida de grasa.
¿CUÁNTAS CALORÍAS CREES QUE GASTAS?
